En Lush creemos que deberías obtener justo aquello por lo que estás pagando
Los envases son una basura
Marcamos nuestros precios detenidamente para reflejar el coste de los ingredientes que van dentro. No subimos el precio de nuestros productos de todo el año para cubrir los gastos de continuas rebajas. No tenemos ofertas especiales, no hacemos 2×1, ni ofrecemos regalos a cambio de que compres. El único momento del año en el que rebajamos nuestros productos es en nuestra promoción de liquidación de los artículos especiales de Navidad. Creemos sinceramente que una consulta personalizada y unos consejos sobre los productos que más se adecuan a tus necesidades aportan mucho más a un cliente que decenas de ofertas engañabobos.
La mayoría de baños están repletos de productos que ya nadie quiere, comprados por equivocación porque el envase llamaba la atención o había alguna oferta tentadora. Todos comprados en pasillos infinitos con miles de opciones. Sin nada ni nadie que te guíe salvo alguna descripción general en el bote, vuelves a casa para darte cuenta de que no era lo que esperabas o que no encaja con tu piel, pelo o incluso estilo de vida. Al final acabas con los armarios del baño hasta arriba de productos que no quieres y no usas, a una parada de acabar en la basura y después en el vertedero.
Proporcionar un servicio personalizado es lo mejor que se puede hacer. Si podemos ayudarte a encontrar el producto perfecto para tus necesidades, tú estarás sacando buen provecho a tu dinero y nosotros tendremos un cliente habitual más. De esta forma ponemos fin al consumismo de productos innecesarios y al malgasto.
En realidad es una manera tradicional de ofrecer un servicio que para nosotros aún tiene mucho valor. Escuchamos tus necesidades para descubrir cómo te gusta sentir la piel y el pelo, para saber cómo y cuándo te gusta ducharte o bañarte, y después te recomendamos los productos que son mejor para ti. Este tipo de atención al cliente dejó de darse cuando empezaron a hacerse populares los lugares de autoservicio y los supermercados. Las compras personalizadas dieron lugar a pasillos infinitos que los clientes deben navegar hasta elegir un producto, teniendo como únicas pistas los botes atiborrados de frases prometedoras.
Hace algún tiempo una empresa de televisión nos pidió que le pusiésemos precio a un gel de ducha para un programa de consumidores. Al hacerlo nos dimos cuenta de que el envase costaba más caro que el contenido en sí, que las etiquetas del bote y la tapa costaban más del doble que el propio gel de ducha.
Con envases sencillos y productos sólidos como jabones, bombas de baño y barritas de masaje, se necesita de muy poco para protegerlos o conservarlos. Esto es lo que hace a Lush diferente:
Los productos envasados contienen mucha agua, la cual es muy barata.
Los productos desnudos contienen ingredientes efectivos que cuestan más.
Al no usar envases caros, ahorramos mucho.
De esa forma podemos invertir en ampliar nuestra plantilla y en formarla.
El agua nunca ayuda a que el producto se autoconserve…
Ni tú ni la Tierra queréis un producto lleno de conservantes.
Usamos ingredientes de comercio justo, naturales y orgánicos.
Esto sube el precio.
Gastamos nuestros ahorros en crear perfumes de alta calidad.
Lo que significa usar aceites esenciales, absolutos y concretos.
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