¡Hola, lushie! Te damos la bienvenida al maravilloso mundo de Lush.
Los comienzos…
En 1995 seis cofundadores dieron vida a Lush: Mo Constantine, Mark Constantine, Rowena Bird, Helen Ambrosen, Liz Bennett y Paul Greeves.
Este mismo equipo fundó primero Cosmetics To Go, un negocio de venta por correo que fue víctima de su propio éxito: después de ofrecer envíos gratuitos, los cofundadores no pudieron hacer frente al aluvión de pedidos, además de sufrir una inundación que los dejó fuera de juego. Lejos de conformarse, decidieron crear una nueva empresa.
Un 10 % de la empresa es propiedad de las personas que trabajan en Lush, que son el motor de la compañía.
Conoce a los fundadores
/ 6POR Mark Constantine
Todas las empresas necesitan tener una visión y, aunque no entendíamos muy bien qué quería decir eso, quienes fundamos Lush la teníamos. Creíamos que querías productos efectivos, naturales (aunque no sabíamos exactamente qué quería decir eso) y frescos (plantando cara a nuestros competidores, que vendían mejunjes químicos y asépticos que además llevaban ya embotellados tres años). También sabíamos que no queríamos gastar más dinero en el envase que en el contenido. Resumiendo: pensamos que la gente quería obtener algo de valor a cambio de su dinero, no productos baratos, pero sí cargados de beneficios y con buena relación calidad-precio.
Es ahora, en retrospectiva, cuando nos damos cuenta de que nuestra visión era una reacción a los productos de nuestros competidores, un deseo de ofrecer algo que tuviera más que ver con las flores y las abejas que con rascacielos y mañanas que empiezan con un café con leche y calabaza.
Cuando enfrentamos retos en la vida, a menudo descubrimos que lo que en realidad necesitamos es muy simple. A pesar de que nuestros productos no eran todo lo que tú, el cliente, querías (aparentar menos edad, silicona, brillo, bótox y ese tipo de cosas), ahora nos damos cuenta de que hacemos lo que necesitas.
Entonces, ¿en qué punto estamos?
Natural… ¿Estamos ahí? Casi casi: en el año fiscal 2017-2018, los ingredientes naturales ya representaban el 65 % del total, en contraste con el resto de sintéticos seguros, que se reducen a un 35 %. Cuando empecé a vender productos con Liz Weir en 1977, me recriminaban que eran demasiado naturales y, a pesar de eso, los productos de hoy en día están a años luz de los que hacíamos…
años de Lush
Cómo hemos crecido
¿Cuántas son las personas que tienen productos sin utilizar en el baño? Resulta que al llegar a casa te diste cuenta de que no era lo que esperabas, o que no le va a tu pelo, piel o estilo de vida. Al final, acabas con el armario y las estanterías llenas de cosas que no quieres. Y de ahí a los vertederos. Sin embargo, al fabricar productos para cada necesidad, somos capaces de comprar exactamente lo que necesitamos; de esta forma, además, reducimos el desperdicio.
Ofrecer un servicio personal es la mejor práctica medioambiental que hay. Si podemos darte el producto que se ajusta a tus necesidades, tú habrás invertido bien tu dinero y nosotros habremos ganado un cliente habitual. Además, el consumo de productos innecesarios descenderá y también el dinero desperdiciado. Cuando pensamos en lo que la gente quería de verdad, se nos ocurrió que deseaban unicornios y arcoíris, y eso es lo que hemos hecho.
Nuestras materias primas son todo lo buenas que pueden ser. Por ejemplo, la sal que utilizamos en nuestros productos, cargada de beneficios, procede de rutas de vuelo migratorio de aves. Antonio, uno de nuestros proveedores, cosecha las salinas y trabaja para proteger y mantener las marismas de la zona occidental del Algarve, Portugal. Las aves (incluidos flamencos, espátulas rosadas, cigüeñuelas y muchas especies de patos) se refugian en las marismas salinas para hibernar, mientras que pichones y zarapitos reales descansan en la zona durante sus viajes migratorios.
La protección de esta preciosa parte de la costa es esencial para la fauna y para las futuras generaciones de pastores de la sal.
En realidad, lo que hacemos no es cosa de magia, a las personas siempre les ha gustado cuidarse. Pero en los últimos años muchas fórmulas se han convertido en sintéticas, complicadas, con demasiadas emulsiones y conservantes. Llevamos toda la vida trabajando mucho para eliminar los conservantes de los productos, sin que disminuyan sus efectos. Hemos estado al pie del cañón, hasta que se ha convertido en nuestra especialidad y, aún así, todavía hay mucha gente que se queja de los parabenos. En las fórmulas donde no podemos eliminar los conservantes tenemos que utilizar la opción más segura, por eso utilizamos los parabenos, porque los demás conservantes no disponen de los mismos estudios sobre seguridad.
Los conservantes tienen que ser tóxicos, es su naturaleza, pero hemos aprendido que no hay necesidad de conservar nada EN ABSOLUTO. Ahí es donde nos dirigimos.
De 2015 a 2017, nuestra compra de parabenos ha disminuido de 11,7 a 7,7 toneladas anuales, a pesar de que nuestras ventas han aumentado en el mismo periodo. ¿Cómo es posible que aumenten nuestras ventas y disminuya el uso de conservantes? Bueno, porque nuestra clientela tiene la bondad de comprar la versión desnuda o autoconservante.
Ninguno de estos preciados ingredientes está testado en animales. Desde el principio hemos demostrado que una marca no necesita testar en animales. El premio Lush Prize se lanzó en 2011 y, desde entonces, se han repartido 1,86 millones de libras entre 93 ganadores, que investigan alternativas libres de crueldad. Hasta ahora, EE. UU. es el país que cuenta con un mayor número de ganadores.
Si Lush es capaz de hacerlo, también puede el resto, ¿no? Cuando me paro a pensar en el testado en animales, me recuerdo en mi habitación dándole vueltas a lo que parecía una idea complicada, la prohibición del testado en animales en cosmética, y hoy es una realidad en 40 países. Hemos luchado durante años para poner fin a estas pruebas. Hemos depositado toneladas de estiércol en la puerta del Parlamento Europeo y hemos perdido nuestra tienda de la calle Regent Street, en Londres, porque a los propietarios no les gustó que tres millones de personas vieran un vídeo de testado en personas que se grabó en el escaparate de esa tienda. Seguimos luchando contra el testado en animales.
Para Lush también es muy importante diseñar productos que se puedan reutilizar, como los Knot Wraps. Desde 2009 hemos vendido (y por tanto reconvertido) 47 toneladas de telas recicladas. Por no hablar de las 124 mujeres que han conseguido un empleo gracias a la cooperativa re-wrap, que se ocupa de hacer nuestras bolsas de lona.
Los últimos cinco años hemos recaudado y donado 50 millones de libras y, solo durante el año pasado, financiamos 3500 grupos.
¿Y ahora qué?
Perseguir tus aspiraciones puede ser un reto. Lush ha trabajado mucho durante mucho tiempo, así que a veces es complicado pensar en qué vendrá después. Es algo que me ha pasado mucho por la mente desde que un periodista me preguntó hace poco cuánta creatividad me queda después de 25 años. La respuesta es que está en todas partes. Lush rebosa creatividad, tanta que es difícil de contener, es fantástico.
Hace muchos años que no escribía un plan para Lush, creo que la última vez fue en 2013, y era uno bueno, nos duró bastante. Hemos intentado renovarlo cada año, pero al final no lo hemos hecho. Este año quería escribir un nuevo plan, así que aquí está, en internet para que todo el mundo pueda verlo.
El plan maestro secreto de Lush Cosmetics
1. Hacer productos para todas las necesidades. No es lo que la clientela quiera, sino lo que necesita.
2. Ser el número uno en cada categoría. No aceptar el status quo: inventar nuevos productos que satisfagan todas las visiones.
3. Crear una revolución cosmética para salvar el planeta. Se nos acaba el tiempo, necesitamos una revolución.
En el top 100 de las empresas cosméticas de la revista estadounidense de moda WWD, L’Oréal es la número 1 y nosotros la 33. Eso significa que somos el 3,8 % de L’Oréal. Durante 25 años hemos fabricado productos geniales, con ingredientes valiosos; además somos transparentes con la clientela y no vendemos falsos beneficios. Nos resulta realmente desconcertante el hecho de no habernos convertido en la compañía cosmética líder del sector. Por el bien del medioambiente, NECESITAMOS ser los número uno.
La cosa es que ahora que estamos llegando a la cima de nuestras carreras, empezamos a vislumbrar aquello que hemos querido hacer toda la vida. No queríamos conservantes, no queríamos envases y, poco a poco, hemos ido trabajando para conseguirlo.
Deberíamos ser un ejemplo que seguir para el resto de compañías, no P&G o L’Oréal, porque Lush está haciendo las cosas bien, una y otra vez. De forma tenaz y con valentía, no siempre con los resultados esperados, pero sí con coraje.
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